Prohibido enfermarse

El miércoles pasado me dirigía camino al trabajo cuando un fuerte dolor abdominal me detuvo en seco…

Mi primera impresión fue que se trataba de un malestar estomacal, así que no le presté  importancia, pero conforme pasaban los minutos el dolor aumentaba

No habían transcurrido 20 minutos cuando ya me era imposible caminar, así que decidí tomar un taxi hasta la Clínica Central del Hospital Calderón Guardia

-cédula, carné y orden patronal; me dice la mujer detrás de la ventanilla de admisiones

-sólo tengo la cédula; le contesté

-si no tiene la orden de la caja, tiene que pasar a la otra oficina porque tiene que pagar la consulta…

Es lo último que recuerdo,  perdí el conocimiento…

A lo lejos podía escuchar a unas mujeres comentando la telenovela, abrí los ojos y estaba en una camilla en un pasillo del hospital…

–          Ya se despertó, mamita pase a las sillas de afuera y espere a que la llamen…

–          No puedo caminar, me duele mucho el vientre

–          Vaya vea si consigue silla de ruedas, pero si no se queda ahí  afuera sentadita

Las lágrimas rodaban por mis mejillas, tenía náuseas y  sudaba frío

–          Porque llora?

–          Me duele mucho, contesté

–          Eso no es para llorar, aquí hay gente hasta con heridas graves y no lloran tanto como usted

Transcurrían las horas y no llamaban mi nombre por el altoparlante. Al preguntar, me dicen que hace mucho lo hicieron pero creyeron que me había ido

La consulta fue fría y condescendiente. El doctor me preguntó si deseo hacerme exámenes porque sin el seguro médico, éstos deben ser pagados

Recordé de inmediato la noticia que redacté el día anterior. niños en Bosnia mueren porque el gobierno no les brinda número de identificación y  por lo tanto no tienen pasaporte ni tarjeta de salud

Entendí como se sienten los extranjeros indocumentados en todo el mundo, recibí el mismo mal trato y  nada de soluciones..

16 horas después, me despidieron con una factura mucho mayor a un pago de matrícula en la ULatina, por tan sólo unos exámenes, acetaminofén para el dolor y la esperanza en que nunca más necesite del seguro social…

 

 

 

 

 

 

 

 

Tira la piedra… esconde la mano

Muchos de nosotros en el oficio del periodismo nos preguntamos: ¿Quién es El Chamuko?

 

En su blog: el Infierno en Costa Rica, él se encarga de darnos su opinión sobre los temas más relevantes de nuestra realidad nacional, pero lo hace de la manera en que un periodista asociado a algún medio pueda, ni deba hacerlo.

Nos enseñan desde el inicio de la carrera de periodismo a escribir de manera objetiva, dejar nuestro propios pensamientos de lado y darle al lector los hechos, así como son y que éste forme su propia opinión acerca del tema.

Pero este no es siempre el caso, estamos en la era de las redes sociales y de cabezas vacías, en donde muchos no saben como opinar de ciertos temas o deducir “como me afecta a mí”.

 

Lo cierto es que personajes como El Chamuko, (nos guste o no a los periodistas) son formadores de opinión, la gente los sigue, retwittea y comparte sus publicaciones porque no son capaces de formar su opinión y toman la suya como propia

En éste punto quisiera aclarar: no critico lo que éste blogero hace, respeto su opinión y su forma de criticar los problemas del país. Personalmente creo que el problema está en todos aquellos que lo han puesto en un pedestal y creen ciegamente en sus publicaciones.

 

Mi consejo a sus más de 100 mil seguidores es: no crean todo los que se publica en los medios de comunicación, pero tampoco deben de hacerlo en alguien que “tira la piedra y esconde la mano”.